viernes, 31 de octubre de 2008
jueves, 30 de octubre de 2008
!QUE LE CORTEN LA CABEZA! DIJO LA REINA DE CORAZONES

"Se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida".
HOMOSEXUALIDAD "Hay muchos nombres, pero no matrimonio"
"Puedo comprender, aceptar y respetar que haya personas con otra tendencia sexual, pero ¿que se sientan orgullosos por ser gays? ¿Qué se suban a una carroza y salgan en manifestaciones? Si todos los que no somos gays saliéramos en manifestación... colapsaríamos el tráfico. Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho, o no, según las leyes de su país: pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: contrato social, contrato de unión".
-¿Está a favor del aborto?
-En absoluto
-¿Y de la eutanasia?
-No soy partidaria. La vida y la muerte no están en nuestras manos. ¿Muerte digna? Totalmente de acuerdo.
miércoles, 29 de octubre de 2008
martes, 28 de octubre de 2008
lunes, 27 de octubre de 2008
EL TELÉFONO
viernes, 24 de octubre de 2008
jueves, 23 de octubre de 2008
LOS SIN BRAZO
Sin brazo
La gran enfermedad surgió en el espectro sexual de todos los humanos, décadas más tarde aparecieron los sin brazo. Asistí atónico al espectáculo que suponía ver un grupo de hombres sonrientes en medio de la calle mostrándose unos a otros sus taras físicas ante la mirada del que pasea. Me llamó mucho la atención porque percibí cierto juicio, menosprecio e incluso algo de ira en los ojos de muchos de los viandantes. Algunos dejaron derramar lágrimas.
No estoy acostumbrado a leer los periódicos ni veo las noticias. no me gusta y ya está. Pero todo lo que sucedía debía de tener una explicación y mi grado de autismo y unas largas vacaciones habían dejado que me alejara de la realidad un poco más de lo debido.
Sí, en efecto, se trataba de eso: la cura había llegado. No fue una vacuna lo que se descubrió. Las investigaciones no fueron nunca del todo fructíferas aunque sí a veces alentadoras. Con el tiempo se enfriaban y desvanecían las esperanzas. Sentías entonces tu estómago muy duro por dentro y las ganas de vomitar no se te pasaban en meses. La cura, el remedio, la mano de Dios que se llevaba… tu brazo. Lei el artículo varias veces e incrédulo llegué a internet donde no daba crédito a las imágenes que, en su grado de pornografía habitual, mostraban detalladamente todo absolutamente todo.
Lo que esperábamos que llegara en forma de cura fue una simple, dura y estricta amputación.
La Máquina, que así era conocida por todos nosotros, era un dispositivo que emitía un tipo de música y digo esto porque al escuchar aquellos sonidos uno pensaba que los distinguía ya de antemano y que les resultaban demasiado familiares como para no conocerlos. Había un orificio donde uno insertaba su mano y esperaba. La mano se volvía roja, de un rojo sanguíneo, como de turista en playa con quemadura para el resto del verano. Mediante unas ondas, la Máquina tenía la habilidad de concentrar todo el virus en el trozo de cuerpo señalado.
La mano se escogió, normalmente la izquierda, porque era el trozo que uno estaba más dispuesto a perder de su propio cuerpo. Los zurdos escogían la derecha.
En teoría la primera operación tenía que ser un éxito pero surgió el problema de la duda. No había certeza de que la concentración de virus sería total y se pensó así a lo tonto, a la broma boba y a la risa floja, cortar un poco más arriba. El paciente lo pidió a gritos. Salvar el resto de su cuerpo le era más que suficiente.
Así se crearon los sinbrazo, seres con un miedo tal que la idea de volver a pasar por la misma experiencia hizo que formaran parte de casi una subraza, comprensivos entre ellos, deconfiados con el resto. Su marca era visible, también su vergüenza y su triunfo.
(¿Quién desearía una pareja que no pudiera abrazarte? Pero el hombre en su inventiva creó nuevas formas únicas de abrazar e incluso llegó a ser moda el tener un sin brazo como novio, un novio de brazo recién cortado.)
Con el tiempo la operación se fue perfeccionando y el orificio de la Máquina se fue haciendo cada vez más pequeño. Las amputaciones ya no eran de brazos, llegaban hasta el codo. Del codo se pasó a la muñeca y de ésta a alguno de los dedos, a elegir a la sazón o al tuntún. Cada vez la vergüenza estaba más oculta y el triunfo era el orgullo más bien, de cada uno de los que lograban ocultar que alguna vez en su vida habían portado el virus.
Hoy en día casi ha desaparecido la enfermedad pero se ha establecido un sistema de clases. Está mal visto que alguien con dedo amputado salga con un sin brazo, siempre hay que tender a los cuerpos enteros.
Yo también porté en mi cuerpo el virus y también sentí el ardor de la máquina en mí. Tuve suerte, la técnica se había perfeccionado tanto que lo que me queda es una pequeña cicatriz en la palma de la mano. Es mi secreto, mi vergüenza y mi triunfo.
miércoles, 22 de octubre de 2008
TENGO SUEÑO

martes, 21 de octubre de 2008
SERO 1: ESTE SOY YO

lunes, 20 de octubre de 2008
FOURTH SCREEN
sábado, 18 de octubre de 2008
A POR TODAS
viernes, 17 de octubre de 2008
RESTOS 1-10
jueves, 16 de octubre de 2008
TODO EMPEZÓ CON UN HORMIGUEO
Todo empezó con un hormigueo, en el pie, en la planta del pie, hacia la izquierda, desde el dedo pequeño. Pensé que había hecho demasiado deporte y me había lastimado. Creí haber forzado la máquina. Desde que sé que soy seropositivo he cambiado algunos hábitos y mi amor odio por el gimnasio se ha transformado en fatalidad del destino que asumo si no quiero verme con un cuerpo enfermo de aquí a unos años.
El hormigueo se hacía sentir por la noche cuando acostado de lado, en el último intento desesperado del día de succionar algo de cariño, rozaba mis pies, el uno contra el otro jugando con el puente de ambos. Los puentes, pensé, también hacen el amor. El sueño tardaba en llegar y las hormigas volvían a pasear por mi pie izquierdo, ¿será el deseo que me persigue?.
Durante el día en mi nuevo trabajo no me daba cuenta de si sucedía o no y era a la noche a lo que debía esperar, a mis sábanas frescas y solitarias para hacer la prueba. Y el hormigueo volvía.
Bastaron unos días de ausencia para que la sensación se evaporara y que claramente no quedara más que un vago recuerdo. Fue entonces cuando, viendo una película en el cine, las vi llegar, poco a poco, por entre los sillones, bajando por mi cuello, llegando a mi antebrazo y mi mano, siempre por la izquierda, arriba y abajo, arriba y abajo. No era una enfermedad oportunista, no era un daño en la columna, ni un pinzamiento, ni un… maldita sea. La sensación seguía y seguía.
El tiempo lo cura todo, y si no lo cura hace que uno se acostumbre. La sensación quedó repartida entre mi antebrazo, mi mano y mi pie izquierdos todos ellos. Procuraba no prestarle demasiada atención de manera que la convivencia de todas ellas conmigo no marcara mi existencia y en cierta forma se anularan y lentamente se desvanecieran.
Una noche de alcohol y pesadillas, de mucho sudor y algo de fiebre aparecieron de nuevo. Esta vez bajaron por el cuello a lo largo de todo el brazo hasta la mano, el costado y no tardó en conectar con la pierna y ya por fin con todo mi pie. Mi lado izquierdo se había convertido en el camino de las hormigas que me asustaban, que casi lograba ver e intentaba sacudirme de encima, cayendo continuamente en mi cama y volviendo a incorporarse subiendo de nuevo hacia mi.
De pronto lo entendí todo. La parte izquierda de mi cuerpo se rebelaba contra el enemigo que permanecía aún latente. Noté la vibración sacudir en mi centro, en mi garganta, en mi pecho, en mi estómago y en mis genitales. Volcarme hacia el otro lado no hizo más que agravar la situación. Mi cuerpo entero vibraba de izquierda a derecha.
Imaginé que luchaba, que ganaba territorio, o lo soñé o lo deseé.
Lo cierto es que minutos más tarde me hallaba en la bañera llena de agua tibia, con los dedos de los pies mal sajados con la maquinilla de afeitar, con unas cuchillas que subieron por la pierna, el costado, el brazo y el cuello, esta vez derechos, para expulsar al que vino para quedarse, para que la morada estuviese restituida y el antiguo dios pudiera volver a este cuerpo. Mientras, el agua se teñía de un rojo precioso y yo tenía sueño, mucho sueño.
miércoles, 15 de octubre de 2008
martes, 14 de octubre de 2008
LA ENFERMEDAD 1
domingo, 12 de octubre de 2008
ME ACUESTO SEMIVESTIDO

Me acuesto semivestido. Me deshago de los zapatos. Logro quitarme el pantalón junto con los calcetines y los calzoncillos pero luego la pereza no me deja desnudarme del todo...