Encontré este aclamado vídeo en algunos blogs. Ya se sabe que para ser leído, antes hay que leer, para ser comentado hay que comentar. A todo el mundo le parece precioso, cuánta sensibilidad, qué bien expresa lo que puede pasarte si no te pones un condón, si te dejas llevar por una parte tan humana como es tu pulsión sexual, la más visceral de todas. Aderezada quizás con alcohol o con soledad es una bomba.
Así, cuando los afortunados seronegativos ven este vídeo se hacen de nuevo ese propósito de no volver a meter la gamba en sus próximas relaciones sexuales, se dan la palmadita en la espalda y se felicitan por haber sido "prudentes". El sida es lo peor que le puede pasar a uno.
Lo peor de estos vídeos es que la historia nunca continúa. Nunca se nos explica cómo seguir viviendo después de la mala noticia, que sigue mereciendo la pena, que medicándote no tiene porqué pasarte nada al menos en un principio y que tu calidad de vida puede ser como la de un seronegativo.
Cuando mi médico me dijo que era seropositivo, miraba a mis análisis y me decía:
-Estás hecho un toro. Toda la analítica está perfecta, vuelve en tres meses. Vida normal.
-Perdone, no le entiendo. Ahora en estas circunstancias no entiendo qué significa vida normal.
-Esta enfermedad no es como en los ochenta, ahora te tomas la medicación y estás en mejor situación que un diabético.
Yo no daba crédito. Que estoy como un toro dice el cabrón.
-Esto no es un drama, ni tienes porqué preocuparte, vida normal.
Después de ver este vídeo, cuando mi cabeza y mi cuerpo empiezan a estar bien y a aceptar la no tan nueva realidad (casi llevo un año) qué debo pensar? que mi cuerpo se llenará de llagas? que me espera el hospital y la caricia de los guantes de goma? la soledad que experimenta el chico y mendigar el amor cargando con toda la responsabilidad que tiene el vih cuando vuelva a tener relaciones sexuales...
No señores, no es un vídeo bonito. Es una putada. Lo que hacen con esta publicidad pseudo artística es:
uno. llenar más de soledad nuestros cuerpos víricos
dos. hacer que un seronegativo no quiera ni escupirnos a la cara
tres. animar al estigma y la marginación
cuatro. callar nuestras bocas y sellarlas con secretos incontables
cinco. meternos miedo en el cuerpo, antes durante y después de ser infectados
seis. contar una realidad falseada
Responsabilidad señores, responsabilidad. Se nota que estoy hasta los cojones?