En lejos he estado enfermo.
En lejos he podido pedir a un amigo que me reserve medicamentos para 3 meses y mi nuevo médico, el cual no me ha visto aún, se los ha dado. Tres cajitas, si señor.
En lejos ese médico le ha pedido a mi amigo que en cuanto pueda yo le llame. Me he quedado asombrado acostumbrado a la amabilidad del de madrid. Para mi sorpresa he tenido otro virus. Uno sin importancia de los que no se quedan pero que joden igual.
En lejos he podido “molestar” a mi médico hasta tres veces sin que su tono de voz fuera un reproche, un noeseldíadetucitaquéhacesllamándome. Incluso, como él no se podía poner en el momento me ha llamado las tres veces a mi.
Por eso no vivo en madrid...
por eso. Para estar lejos.
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