lunes, 11 de junio de 2012

Rajoy miente, el presidente miente.

Cuando leo el artículo de ElPaís, ElMundo no hay quien lo lea, no puedo evitar recordar la mancha de semen en el vestido de la Levinsky. América se escandalizó por la mentira de su presidente.
Leyendo ahora que cae la tarde, con la cabeza clara después de un café no puedo evitar en solidarizarme con esa mitad del país que se halla escandalizada por la metedura de pata del futbolero más futbolero de todos los españoles. La otra mitad de la población, cual borregos, habrá aceptado la explicación de su PP querido, ese PP para el que acuden a fichar cada cuatro años.
¿Cómo ha llegado a ser la mentira una cualidad tan española? Creía que con la envidia y la avaricia ya teníamos bastante pero no. Parece ser que la mentira es algo que está incrustándose en nuestra sociedad, en gran parte de la clase política y llegará a afectarnos a todos.
Me siento enormemente triste por las decisiones tan a la ligera y tan irresponsables de este señor y los suyos. Las palabras sobran como sobran los insultos que se me asoman a la cabeza.

Lo siento, pero todos los políticos no son iguales. Los que tenemos en el Gobierno son de la peor calaña.