Llegué al hospital y esperé un rato. La secretaria rubia con mala leche no había llegado. -"Pues a mi me parece simpática"- pensé. Había corrido hasta el hospital. Como siempre no había dicho nada en el trabajo. -"Si no tardo mucho, diré que me he vuelto a quedar dormido. Un juerguista como éste pensarán mis colegas. Vaya juerga yo mismo con mi organismo".
Apareció de una vez, recogió su pelo teñido y se sentó frente al ordenador. Una bolsa de mandarinas del supermercado hiperalgo tras la silla con ruedas donde ella se sentaba. Qué peligro!
- Sí?
- Buenos días
- Buenos días - dijo entre dientes.
De pronto interrumpió el chico guapo, pelirrojo de ojos claros que había pasado primero.
- Necesito el justificante para el trabajo
- Toma - mueca - Sí?
- Buenos días de nuevo, yo también lo necesitaré.
Mientras lo preparaba me indicaba el camino a seguir. Ver a la enfermera y luego al doctor. Me senté a esperar. No sabía si leer algo y en ello estaba, en planteármelo cuando un chico grande irrumpió en la escena.
Dios otra vez no!!!!.
-Hola - mirando al suelo. No lo noté pero más tarde me dijo que estaba aterrorizado.
-Hola Fernando.