los carteles son para leerlos... y para no herir la sensibilidad del que los lee.
atado por una medicación que no me deja apartarme de Madrid más de un mes, miro aterrorizado los carteles de la farmacia del hospital.
lo de los carteles son para leerlos sobra de aquí a Pekín.
parecemos convictos recogiendo nuestra ración en la cola de la cantina de la cárcel.