jueves, 30 de octubre de 2008

!QUE LE CORTEN LA CABEZA! DIJO LA REINA DE CORAZONES




RELIGIÓN "Se ha de enseñar el origen de la vida"
"Se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida".
Alguien le ha explicado a esta señora que existe la biología para explicar esto??? Nos ha salido creacionista la paya.

HOMOSEXUALIDAD "Hay muchos nombres, pero no matrimonio"
"Puedo comprender, aceptar y respetar que haya personas con otra tendencia sexual, pero ¿que se sientan orgullosos por ser gays? ¿Qué se suban a una carroza y salgan en manifestaciones? Si todos los que no somos gays saliéramos en manifestación... colapsaríamos el tráfico. Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho, o no, según las leyes de su país: pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: contrato social, contrato de unión".
-¿Está a favor del aborto?
-En absoluto
-¿Y de la eutanasia?
-No soy partidaria. La vida y la muerte no están en nuestras manos. ¿Muerte digna? Totalmente de acuerdo.

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Y digo yo, por si importa la opinión de uno:
que algunas personas mejor continúan con la boca cerrada y no abrirla que en silencio ya hacían bien su papel
que esta señora no sé si puede hablar de lo que significa matrimonio
que el contrato social es un libro Jean-Jacques Rousseau (1712 – 1780) y no un matrimonio, la cultura general de las reinas es total, las del ambiente se reduce a almodóvar, a fangoria y al recopilatorio de la callas. la de esta señora se ve que no son los libros
que en la carroza van unos pocos y miles hacen la fiesta
que en la carroza van muchos heteros modernos que no se pierden ni una
que ella sería toda una reina, reina al cuadrado, si fuera en lo alto de una


nopuedocontanto

PERO QUÉ BOBA ES LA GENTE!

miércoles, 29 de octubre de 2008

martes, 28 de octubre de 2008

EL PAN DE CADA DÍA 1



¿Alguien ahí fuera entiende por qué se tira tanto pan a la basura?

lunes, 27 de octubre de 2008

EL TELÉFONO

Todas las noches cuando se acerca la hora probable de que me llames, me aterro. Tengo miedo, mucho; además porque creo que por fin descubrirás que algo falla, hallarás el ardid, sacarás a relucir mis mentiras y querrás saberlo todo.
Y yo seré débil y sólo habrá lágrimas porque mi verdad crea culpas y pienso hará daño.
En un futuro que confío cercano, no pensaré esto y será cuando te lo cuente todo. Necesitaré llevarte a estas páginas donde frágil he podido verter todo lo que en el corazón no me cabía. Aquí me confesaba a ti, te hacía partícipe de mi sufrimiento, que está siendo exagerado, dramático, molesto...
Aquí intento compartir todo lo que ahora no puedo ni siquiera insinuarte.
Imagino un futuro donde esto no tenga sentido. Entonces aunque sigas con un cabreo enorme, te sentarás en el salón de tu casa y a esa hora de la noche a la que tanto temo, cogerás el teléfono, marcarás mi número, (sí, mi número). Yo descolgaré al otro lado, te daré las buenas noches y te leeré día tras día, cada una de las entradas de este diario.

viernes, 24 de octubre de 2008

RESTO 2

jueves, 23 de octubre de 2008

LOS SIN BRAZO

Sin brazo

 

La gran enfermedad surgió en el espectro sexual de todos los humanos, décadas más tarde aparecieron los sin brazo. Asistí atónico al espectáculo que suponía ver un grupo de hombres sonrientes en medio de la calle mostrándose unos a otros sus taras físicas ante la mirada del que pasea. Me llamó mucho la atención porque percibí cierto juicio, menosprecio e incluso algo de ira en los ojos de muchos de los viandantes. Algunos dejaron derramar lágrimas.

No estoy acostumbrado a leer los periódicos ni veo las noticias. no me gusta y ya está. Pero todo lo que sucedía debía de tener una explicación y mi grado de autismo y unas largas vacaciones habían dejado que me alejara de la realidad un poco más de lo debido.

Sí, en efecto, se trataba de eso: la cura había llegado. No fue una vacuna lo que se descubrió. Las investigaciones no fueron nunca del todo fructíferas aunque sí a veces alentadoras. Con el tiempo se enfriaban y desvanecían las esperanzas. Sentías entonces tu estómago muy duro por dentro y las ganas de vomitar no se te pasaban en meses. La cura, el remedio, la mano de Dios que se llevaba… tu brazo. Lei el artículo varias veces e incrédulo llegué a internet donde no daba crédito a las imágenes que, en su grado de pornografía habitual, mostraban detalladamente todo absolutamente todo.

Lo que esperábamos que llegara en forma de cura fue una simple, dura y estricta amputación.

La Máquina, que así era conocida por todos nosotros, era un dispositivo que emitía un tipo de música y digo esto porque al escuchar aquellos sonidos uno pensaba que los distinguía ya de antemano y que les resultaban demasiado familiares como para no conocerlos. Había un orificio donde uno insertaba su mano y esperaba. La mano se volvía roja, de un rojo sanguíneo, como de turista en playa con quemadura para el resto del verano. Mediante unas ondas, la Máquina tenía la habilidad de concentrar todo el virus en el trozo de cuerpo señalado.

La mano se escogió, normalmente la izquierda, porque era el trozo que uno estaba más dispuesto a perder de su propio cuerpo.  Los zurdos escogían la derecha.

En teoría la primera operación tenía que ser un éxito pero surgió el problema de la duda. No había certeza de que la concentración de virus sería total y se pensó así a lo tonto, a la broma boba y a la risa floja, cortar un poco más arriba. El paciente lo pidió a gritos. Salvar el resto de su cuerpo le era más que suficiente.

Así se crearon los sinbrazo, seres con un miedo tal que la idea de volver a pasar por la misma experiencia hizo que formaran parte de casi una subraza, comprensivos entre ellos, deconfiados con el resto. Su marca era visible, también su vergüenza y su triunfo.

(¿Quién desearía una pareja que no pudiera abrazarte? Pero el hombre en su inventiva creó nuevas formas únicas de abrazar e incluso llegó a ser moda el tener un sin brazo como novio, un novio de brazo recién cortado.)

Con el tiempo la operación se fue perfeccionando y el orificio de la Máquina se fue haciendo cada vez más pequeño. Las amputaciones ya no eran de brazos, llegaban hasta el codo. Del codo se pasó a la muñeca y de ésta a alguno de los dedos, a elegir a la sazón o al tuntún. Cada vez la vergüenza estaba más oculta y el triunfo era el orgullo más bien, de cada uno de los que lograban ocultar que alguna vez en su vida habían portado el virus.

Hoy en día casi ha desaparecido la enfermedad pero se ha establecido un sistema de clases. Está mal visto que alguien con dedo amputado salga con un sin brazo, siempre hay que tender a los cuerpos enteros.

Yo también porté en mi cuerpo el virus y también sentí el ardor de la máquina en mí. Tuve suerte, la técnica se había perfeccionado tanto que lo que me queda es una pequeña cicatriz en la palma de la mano. Es mi secreto, mi vergüenza y  mi triunfo.