LOS EXÁMENES

Siempre he sido un tipo altivo, algo engreído en algunos o varios aspectos. No soy feo, me considero de buen ver y bien atractivo (joder!!) pero siempre logré espantar a todo hombre que desde el exterior intentara acercarse a mi. 

Durante los exámenes parciales cada trimestre en la escuela, en el instituto o en la universidad, siempre contemplé alucinado a mis compañeros por el nerviosismo que suscitaba el resultado de las notas. Yo iba nervioso al examen pero a la recogida de notas???? No, decididamente recuerdo como los miraba desde arriba y los juzgaba, no tanto por su miedo (yo lo llevo en la sangre, mis padres lo acuñaron bien dentro de mi) sino por su negativa a saber la verdad. Es como el VIH, uno prefiere no saberlo, por eso no se hace la prueba. Esto era lo mismo, preferían pasar tranquilos la navidad pensando que quizás habrían aprobado antes que saber del suspenso previo a la festividad, cosa que les aguaría la susodicha (fiesta).

Hoy he ido a recoger los resultados de mis análisis de orina. Tenía miedo. Ahora era yo mismo quien me miraba por encima del hombro. Me aterrorizaba pensar en un resultado feo así que prefería retrasar la cita de recogida.  Resolviendo ir y con dolor de riñones en los últimos dos días puedo decir que la sonrisa del guapo de mi médico de cabecera fue una bendición. Mis riñones están limpios.